Si echamos un ojo al balance acumulado por la consola de Sony, vemos cómo el coste de producción de la Xbox One es 90 dólares más elevado que el de la PS4. Su lista de componentes, entre los que tenemos que recordar que se encuentran los encargados de dar vida a Kinect, suman un total de 471 dólares; una cifra que deja un margen de beneficios de solo 28 dólares por consola (y que posiblemente se podrían convertir en cifras negativas si sumamos marketing, distribución y otros gastos).
El análisis, realizado por IHS, deja ver que el procesador creado por AMD le cuesta a los de Redmond 110 dólares (siendo esta la pieza más cara del aparato), mientras el precio total de Kinect rondaría los 75 dólares. Como curiosidad, Texas Instruments es el fabricante con más piezas presentes, firmando cuatro componentes en la consola y otros dos para Kinect. Es evidente que en las cuentas de Microsoft debía de estar es inversión millonaria pero, ¿cuánto habrá que esperar para que la consola comience a ser rentable?
Vía | engadget.com